Podemos ponerle mucho interés y usar buenísimos productos, pero hay tres gestos que arruinarán nuestra rutina de belleza nocturna y harán que casi no sirva de nada. Así que tomad nota para no caer en ellos, porque son más comunes de lo que pensamos.
Maybe we are being very careful about our nighttime facial routine, and maybe we're using very expensive products, but if we are making these three common mistakes, it's going to be almost useless. This said, learn what not to do.
Es posible que después de leerlos caigáis en la cuenta de que también los estáis cometiendo, como me pasó a mí. Pero no hay nada como la información para no hacerlos más.
No dejáis pasar suficiente tiempo desde que os ponéis vuestra crema de noche (o serum, o aceite) hasta que os acostáis. ¿Qué implica eso? Pues que a la piel no le da tiempo a absorber el producto y éste se queda, en su mayor parte, en la almohada. Y no es ahí donde queremos que esté, ¿verdad? La solución pasa por realizar nuestra rutina facial antes. Por ejemplo, al llegar a casa y antes de cenar. Así entraremos al mismo tiempo en un estado de relajación que nos hará olvidarnos de las preocupaciones y estrés del día y llegaremos a la cama más tranquilas.
No cambiáis la funda de la almohada con frecuencia. Lo sé, una no cambia las sábanas todos los días. Y puede que no tenga varios juegos de fundas del mismo estampado para cambiar al menos esa parte del juego varias veces a la semana. Pero si supiérais la de mierda suciedad y grasa que se queda en ellas (entre otras cosas, por esa crema que no nos ponemos cuando debemos) os lo pensaríais mejor porque esa misma suciedad va a parar a... ¿lo adivináis? Nuestra cara y nuestro pelo. ¿Remedio? Comprar unas cuantas fundas de almohada para ir cambiándolas cada dos días. Ah, y si son de seda o raso mucho mejor, porque se ha demostrado que provocan menos arrugas...
Os laváis los dientes después de poneros el tratamiento de noche. Os está sonando a tiquismiquis, ¿eh? Pues pensad que si nos ponemos nuestra crema y después nos lavamos los dientes, cuando nos enjuaguemos y nos sequemos la boca estaremos eliminando la crema que nos habíamos puesto en esa zona. Con lo cual, el contorno de los labios se quedará sin crema ni hidratación y tendrá más tendencia a acumular arruguitas y el temido "código de barras" que forman las arrugas verticales en la zona. Por eso, como decíamos antes, si hacemos nuestra rutina facial al llegar a casa, cuando nos vayamos a lavar los dientes después de cenar y antes de acostarnos nuestra crema ya se habrá absorbido y no pasará nada. Esto mismo se aplica si nos ponemos autobronceador, por cierto.
¿Vosotras también estábais cayendo en estos errores? ¿Hay algún otro que se os ocurra?
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